La autoorganización de los brigadistas forestales

Al anunciarse el despido de 60 trabajadores de las brigadas forestales de la Comunidad Valenciana, la plantilla se autoorganizó para defender sus puestos de trabajo. El proceso ha mostrado la verdadera cara de los sindicatos más representativos y del Conseller de Compromís. Hablamos con Jose Manuel Griñán, compañero de CGT.

Cuéntanos un poco cuál es vuestro trabajo y porqué es importante que sigáis trabajando la plantilla entera

Somos brigadas forestales dependientes de la Comunidad Valenciana. Nuestro principal trabajo se basa en la conservación de los montes de titularidad pública mediante clareos y repoblaciones en las zonas más afectadas. Además, también hacemos actuaciones de recuperación de patrimonio. Todos estos trabajos tienen una importante incidencia, tanto en la prevención de incendios, como en la biodiversidad de los los montes valencianos. Es por ello que es imprescindible la continuidad de estas 11 brigadas, pues debido al invierno excesivamente lluvioso que hemos tenido nos encontramos con un aumento importante de la vegetación en nuestros montes, que o se trabaja en ellos con el trabajo que veníamos realizando o nos podemos encontrar este verano con aumentando considerable de incendios forestales.

¿Cómo ha sido el trabajo de autoorganizacion de la plantilla al margen de los sindicatos supuestamente representativos del comité?

Todo empezó con la iniciativa de transmitir a la Consellería dependiente, mediante un escrito, nuestra preocupación por la pérdida de los 60 puestos de trabajo en un momento crítico, como es la crisis de la Covid-19, y por el peligro que supone para la biodiversidad que estas brigadas dejen de actuar. A partir de ahí empezamos un proceso de movilización que tuvimos que abanderar nosotros, los trabajadores, al margen de los sindicatos, pues entre los compañeros había mucho recelo hacía estos por experiencias pasadas.

A partir de ahí empezamos un proceso de movilización que tuvimos que abanderar nosotros, los trabajadores, al margen de los sindicatos, pues entre los compañeros había mucho recelo hacía estos por experiencias pasadas.

Experiencias, por cierto, que se han vuelto a repetir. Como la instrumentalización de los sindicatos por parte de los partidos políticos para que actuasen de «cortafuegos» entre trabajadores y Consellería. Durante el proceso hemos hecho mas de 10 escritos tanto a la consellera como a la empresa. Convocamos dos concentraciones en Valencia frente al Palau. Concentraciones, que fueron suspendidas el día antes debido a las amenazas recibidas por el número 2 de la Consellería de Medio Ambiente, Alfons Puncel. Además, nos reunimos con el director y el subdirector de VAERSA, empresa publica de la que somos dependientes., Con la consellera y el subsecretario de la consellera, Consellería de la que depende VAERSA. Reuniones en las que se nos prometió la renovación alegando la importancia de nuestro trabajo. Para finalmente, en la última reunión, decirnos que era imposible y que nuestra continuidad no era viable. Momento en el que nos dimos cuenta que todas las promesas de renovación solo tenían la intención de evitar las concentraciones y la mala prensa que estábamos sacando en prensa. Objetivo, desde luego, cumplido por su parte.

¿Qué valoración haces de la Consellería de Compromís que se nutre de voto progresista pero que trata este tema laboral como si fuera un empresario del siglo XIX?

Pues llama mucho la atención la forma de actuar que han tenido. Se les presupone una cierta sensibilización con la gente trabajadora y el medio ambiente, pero nada más lejos de la realidad. Durante todo el este proceso su mayor preocupación ha sido la mala prensa que puedan recibir, y los puestos de trabajo y la conservación del medio ambiente pasa a un segundo plano. De hecho, las prácticas que han llevado a cabo para callarnos yo las denominaría de mafiosas. Amenazar con echarnos a la calle a trabajadores que se concentran para intentar conservar su trabajo no puede recibir otro adjetivo. «Si os concentráis rompemos la baraja, asumimos el coste político y en 15 días os váis a la puta calle, y en dos meses no se acuerda nadie de esto» Esto nos decía Consellería, siempre a través de su sindicato, el STAS.

¿Qué expectativas tenéis a partir de ahora?

Las expectativas son bajas, y la realidad es que hemos perdido la batalla. Nos encontramos ya en la calle, sin ninguna esperanza de continuar y la gente poco a poco, como bien nos dijeron de Consellería, se ha ido apagando, por lo que las fuerzas son bajas. Lo único que nos queda es la experiencia ganada, la confirmación de que la mayoría de sindicatos tienen más intereses partidistas que de clase y que ante las amenazas del político de turno no hay que achantarse. Eso ya lo sabemos para la próxima, en la que esperamos volver con más fuerza y más inteligencia.

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