Autor: Anónim@
Editorial:
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Género: Biografía – Internacional – Memoria Libertaria
Año: 2019 (1ª edición)
Páginas: 3 (21 x 30 cm.)
DOC: SI (sólo DOC) – Pincha abajo para descargar
EN 100 PALABRAS: biografía del anarcosindicalista ibicenco emigrado a Argentina a principios del siglo XX cuya panadería en Salta (noroeste de Argentina) se convirtió en punto de encuentro político y cultural de obreros, poetas y músicos de la zona durante décadas
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JUAN RIERA TORRES (1896–1974), conocido también por Juan Panadero, nacido en Ibiza emigró a Tucumán (Argentina) en 1914 trabajando como vendedor callejero de masas y confites. Llega a la provincia de Salta (frontera noroeste) en 1916 ya como panadero, aunque ingresa a trabajar como carpintero (sin abandonar su oficio de panadero) en la construcción del trazado férreo a Socompa, donde fiel a su militancia anarquista luchó por sindicalizar a los obreros, preparaba obras de teatro y zarzuelas y colaboraba con el montaje de escenografías, y esta lucha sindical le costó el despido. En Salta se había casado con Augusta Cavalleroni (con quien tuvo 9 hij@s) y abierto una panadería, la Panadería Riera, que se convirtió muy pronto en una especie de local social y político, frecuentado por obreros, artesanos y vendedores, que acudían para compartir con el ibicenco sus problemas en el trabajo. En 1923 funda en Salta el Sindicato de Oficios Varios, tras múltiples reuniones ocurridas en su panadería, dispuestos a luchar frente a los abusos del poder económico y político provincial. Siendo “forista”, no era reticente a participar en organizaciones anarquistas informales, ni se negaba a crearlas por necesidad. En la capital salteña se afianzó como referente del pensamiento libertario, influenciando a varios de los integrantes de la “bohemia artística salteña”. Entre 1930 y 1932, durante la primera dictadura del general Uriburu, tuvo que exiliarse a Bolivia, donde al llegar estalla la llamada Guerra del Chaco (entre Bolivia y Paraguay). A su vuelta la Panadería Riera no dejó de ser en las siguientes décadas centro de reunión, tanto para tratar cuestiones sociales o políticas, como para disfrutar del folclore. Allí se hablaba y se cantaba por igual. Fueron muchos los que por allí pasaron, siempre para algo más que para comprar el pan: artistas, comerciantes, políticos, revolucionarios… Entre ellos, el poeta español León Felipe, o el mismísimo Che Guevara, de camino ha México. En los años 40, el poeta Rafael Alberti, que vivía exiliado en Argentina, escribió un libro titulado ´Coplas de Juan Panadero´ (¿casualidad?).
