Autor: Francisco Gago Vaquero
Editorial: Tiempo y Sociedad (nº 15, págs. 41-58)
ISSN-e: 1989-6883
DL:
Género: Memoria libertaria – DIA (Desde el Interés Académico) – Cultura Libertaria
Año: 2014 (1ª edición)
Páginas: 18 (9 x 12’5 cm.)
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EN 100 PALABRAS: el domingo 15 de enero de 1978, a las 13.15 horas, un grupo (4 chicos y 1 chica) rompían los cristales del vestíbulo de la sala de fiestas más grande de Europa, La Scala (Barcelona), donde se divertía buena parte de la burguesía barcelonesa, arrojando al interior varios “cócteles Molotov”. En ese momento se hallaban en el edificio 17 trabajador*s. Se declaró un gran incendio que se propagó con rapidez por todo el edificio hasta las 19.00 h., provocando la destrucción casi completa del local. 4 empleados murieron (2 estaban afiliados a CNT y los otros 2 a UGT).
En un primer momento se atribuyó la autoría al FRAP (Frente Revolucionario Antifascista Patriótico, de tendencia marxista). Pasadas las primeras horas tras el atentado los periódicos empezaron a señalar al PCE (Internacional), de ideología maoísta. Será el martes 17 de enero, dos días después del atentado, cuando las sospechas se dirijan a CNT y las organizaciones libertarias como autoras del incendio deteniendo a 9 personas de su entorno. Ese mismo 17 CNT, a través de su secretario general Juan Gómez Casas, desmentía la participación de la central anarcosindicalista, considerando absurdo que la propia CNT pusiera en peligro la vida de compañer@s y correligionari@s (el Sindicato del Espectáculo de CNT era mayoritario en su sector dentro de Barcelona capital, y entre el 70% y 80% de l@s emplead@s de La Scala estaban afiliad@s a este sindicato cenetista).
El miércoles 18 la Confederación Regional catalana de CNT presentaba una querella criminal contra el Estado, como máximo responsable de la información difundida tras la detención de los presuntos autores del atentado, pidiendo una indemnización de 100 millones de pesetas que pondría a disposición de l@s familiares de los 4 empleados fallecidos. Esa noche 3 de los detenidos fueron puestos en libertad, sin ningún cargo, pero el jueves 19 de enero la policía procedía a arrestar a otr@s 2 miembros de CNT y daba orden de búsqueda y captura contra otros 3, al tiempo que era puesta en libertad una de las detenidas. El 9 de diciembre de 1980 la Audiencia de Barcelona sentenciaba a 17 años de prisión, para 3 de l@s procesad@s, otro era condenado a año y medio y una última encausada a 5 meses
Se puede afirmar que en la Historia de CNT tras la muerte de Franco hay un antes y un después del caso Scala. Desde las filas confederales se sospechaba de un complot contra la CNT por parte del Ministerio del Interior que había colocado un “topo” (un infiltrado, un confidente) en la organización (Joaquín Gambín Hernández*), encargándose de elegir a los cenetistas más jóvenes, inconscientes y agresivos para que hicieran este daño irreparable a la organización. El incendio del “Scala” adquirió unas proporciones en prensa casi al nivel del incendio del Reichstag en la Alemania nazi. Según los abogados defensores y los Comités de Apoyo a los detenidos del caso “Scala” (de CNT), Joaquín Gambín aparte de haber sido el instigador de la fabricación de los “cócteles Molotov, pudo ser el autor material del siniestro. Se dio el caso de que judicialmente el atentado no fue calificado como acto terrorista lo que permitió a los dueños poder cobrar 200 millones del seguro y a l@s acusad@s rebajar sus condenas.
* Joaquín Gambín Hernández, apodado “El Grillo” o “El Murciano”, había provocado en 1977 la detención de 50 anarquistas en Murcia por haber refundado la F.A.I. Lo ocurrido en el Caso Scala terminaría por confesarlo en 1981 aportando varias pistolas y la documentación falsa que le había proporcionado la policía.
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FRANCISCO GAGO VAQUERO (19¿?~), doctorando en Historia Contemporánea por la Universidad Nacional de Educación a Distancia y licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Autónoma de Madrid.
