¿Adónde va nuestro dinero? Colegios con amianto en la ciudad de Murcia

Sentido común

Por fin algo de sentido común, el actual gobierno del Ayuntamiento de Murcia hará una inversión de 1.770.000 euros para acondicionar un total de 58 colegios públicos en obras de mantenimiento y mejoras (aulas, aseos, fachadas, nuevos comedores, etc.). Una de las obras que considero debe resaltarse por encima de todas es la retirada de cubiertas de amianto.

El uso de amianto fue absolutamente prohibido en España en diciembre de 2001. El amianto es considerado por la OMS como un cocarcinógeno, es decir, un agente externo físico, químico o biológico capaz de producir cáncer.

El anterior gobierno del Ayuntamiento de Murcia, del PP, dejó varios centros con amianto, CEIP Pablo Gil Castillo de Sangonera la Seca; CEIP Pintor Pedro Flores de Puente Tocinos; CEIP Carolina Codorniú de Churra; CEIP Contraparada de Javalí Nuevo; y CEIP Juan Carlos I de Llano de Brujas, además de la Guardería Pública de San Basilio.

En cambio, se invirtió gran cantidad de dinero en unos apartados a los que se dieron prioridad con respecto a los del amianto, enumeremos algunos de ellos:

– Restauración de fachadas y reparación de cubiertas en la Ermita de El Pilar: 155.590,54 €

– Proyecto para la remodelación de la Plaza Preciosa de Murcia: 300.000 €

– Proyecto para la remodelación de la Plaza Ceballos en Murcia: 250.000 €

– Suministro de placas de denominación de calles del viario público de Murcia: 1.200.000 €

– Proyecto básico y de ejecución de ampliación del CIMM (Centro de Iniciativas Municipales de Murcia): 350.000 €

– Renovación de la web municipal: 165.300 €

– Servicio de diseño, montaje y desmontaje para el espectáculo audiovisual del Gran Árbol de Navidad de la Plaza Circular de Murcia de 2021 a 2023: 700.000 €

– Suministro en régimen de arrendamiento, diseño, instalación, servicio de mantenimiento y desmontaje de materiales para la iluminación extraordinaria en fiestas de primavera, feria de Murcia, Navidad y Reyes Magos: 1.385.953,12 €

– Contrato de suministro de placas de denominación de valles del Viario Público de Murcia: 900.000 €.

¿Qué tipo de políticos tenemos en la Región de Murcia que son capaces de decidir que es más importante un contrato de suministros de placas por valor de 900.000 euros que invertir ese dinero público en erradicar el problema del amianto al que se exponen alumnado y profesorado?

Podríamos extender esa manera de proceder al deterioro en el tiempo del Mar Menor por una política ineficaz e irresponsable o la falta de bomberos, prefiriendo pagar horas extra y no cubrir la plantilla que se necesita, una manera de precarizar el servicio que pone en riesgo los montes murcianos y a los ciudadanos de esta Región. Mientras media España está ardiendo y se han desalojado varios municipios por alto riesgo, este colectivo sigue a la espera de que la administración cumpla con el compromiso adquirido de aumentar en un 20% la plantilla, esperemos que no lo haga después de otro hecho consumado.

Qué decir sobre el cierre de consultorios periféricos en la Región en los que la Atención Primaria desaparece obligando a los ciudadanos a desplazarse a otras pedanías o localidades, viéndose obligados a utilizar un transporte público precario y muy deficiente.

Tanto la comunidad como ayuntamientos recaudan dinero público a través de los impuestos ciudadanos para posteriormente darle un uso sensato y razonable, así debería ser en principio.

Queda claro que la manera de proceder de los políticos no se ajusta a la del bien común y está repercutiendo negativamente de manera muy importante en esta sociedad por políticas irresponsables, esto solo puede suceder con políticos no cualificados para el cargo y que se rigen por un orden de prioridades que se aleja muy mucho de las necesidades de la sociedad murciana.

No es de recibo que el orden de prioridades pase por un gasto de 1.200.000 euros en un suministro de placas del viario público y se deje como pendiente centros de enseñanza con amianto, un cuerpo de bomberos precario, una sanidad cada vez más deficiente o un transporte público obsoleto.

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