Este es el trabajo que nos quitan. El de la esclavitud.
El pasado sábado 1 de agosto fallecía Eleazar Blandón, un jornalero, supuestamente y según aparece publicado en varios medios de comunicación, por un golpe de calor. Aunque teniendo en cuenta lo relatado por esos mismos medios el asunto va mucho más allá de la siniestralidad laboral, que también.
Cuando la persona fallecida está en su puesto de trabajo y empieza a encontrarse mal nadie llama a una ambulancia, sino que esperan a que llegue la furgoneta. La furgoneta deja al resto de la gente y por último se dirige al ambulatorio donde abandonan al trabajador. Posteriormente el personal sanitario, viendo el estado de inconsciencia en el que se encontraba, avisó a una ambulancia, produciéndose el fallecimiento en el trayecto.
La policía ya ha detenido a la persona que lo dejó abandonado, según los medios de comunicación es el propietario de una empresa encargada de contratar jornaleros para la explotación agrícola en la que trabajaba la persona fallecida, ¿una ETT?, porque sólo estas empresas están autorizadas a contratar para ceder a otras empresas. Del dueño de la explotación agrícola no se sabe nada hasta el momento. El trabajador estaba en situación irregular, es decir, no tenía papeles y no estaba dada de alta en la Seguridad Social.
Por otra parte, ese día se registraban temperaturas muy altas en todo el Estado español, siendo la máxima precisamente en la zona donde trabajaba la persona fallecida. Según algunos medios, la Agencia Estatal de Meteorología llevaba días alertando de que este sábado el calor sería extremo en la mayor parte de la Región de Murcia, donde activó la alerta naranja por la posibilidad de que se superaran los 43 grados.
Desde CGT de la Región Murciana nos preguntamos qué medidas de prevención ha tomado esa empresa para evitar el riesgo de altas temperaturas. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales es muy clara respecto a los riesgos en el trabajo. Lo que se debe hacer en un primer lugar es eliminar el riesgo y si esto no es posible establecer las medidas de protección necesarias para minimizar dicho riesgo. Resulta evidente que la empresa, es decir, la propietaria del terreno, o la que lo explota, no ha tomado las medidas oportunas.
También queremos recordar el artículo 40.2 de la Constitución, el mismo establece que los poderes públicos velaran por la seguridad e higiene en el trabajo. Resulta evidente que tanto la Consejería de Empleo, como la Inspección de Trabajo incumplen las obligaciones que les asigna la tan cacareada Constitución.
No podemos pasar por alto el papel que juegan en este caso las Empresas de Trabajo Temporal. Parece que llevan aquí toda la vida, pero en realidad son legales desde 1994. Por aquellas fechas gobernaba fulano de GAL y hasta entonces estaba prohibida la cesión de mano de obra. Sólo las ETTs están autorizadas a contratar personas para posteriormente cederlas temporalmente a otra empresa.
Mediante las ETTS se deshumaniza el trabajo, se usa a las personas como mercancía y cuando ya no sirven se las tira a la basura, eso si no se mueren antes. Esta filosofía es perversa y denigrante en cualquier caso, pero cuando se desarrolla en terrenos abonados por el racismo, la xenofobia y el fascismo, las consecuencias pueden ser mortales.
No es demagogia. Para tener a una persona trabajando en el campo durante 11 horas, en el mes de agosto, a más de 40 grados y sin darle agua tienes que ser un fascista, pero también necesitas unas herramientas que permitan externalizar y delegar tus responsabilidades y obligaciones empresariales.
El clima también afecta y no nos referimos al climatológico, nos referimos al clima social. Hace unos días diversas organizaciones de migrantes y defensoras de derechos humanos denunciaban en un comunicado el comportamiento de personas incívicas que actúan en grupo, instigando, insultando y acosando a otras personas con deber de cumplir cuarentena preventiva frente a la pandemia del covid19. También ponían de manifiesto que el miedo al contagio no puede ser un pretexto para cometer delitos de odio y menos cuando estos esconden en su origen, la discriminación racial o étnica
Este es en realidad el trabajo que nos quitan las personas migrantes, el trabajo esclavo, el que supuestamente debería estar erradicado y campa a sus anchas por los campos de nuestra Región.
Desde CGT de la Región Murciana entendemos que la solución pasa por varios aspectos. Regularizar a todas las personas migrantes para dotarlas de legalidad, erradicar cualquier brote de racismo, eliminar las ETTs y poner los medios necesarios para que se cumpla la legislación laboral vigente. Vamos, estamos hablando de mínimos.