Autor: Florencio Sánchez

Editorial:

ISBN:

DL:

Género: Literatura – Cultura Libertaria

Año: 1900

Páginas: 6 (6'5 x 9 cm.)

PDF: SI (sólo PDF) – Pincha abajo para descargar

Observaciones: faltan las 2 penúltimas páginas del 3er (y último) capítulo

EN 100 PALABRAS: en los albores del siglo XX, desencantado de la política tradicional, Florencio Sánchez ingreso en el Centro Internacional de Estudios Sociales de Montevideo (principal local anarquista de la ciudad), declarándose anarquista e involucrándose activamente como bibliotecario, dando conferencias y escribiendo artículos, como estas “Cartas de un flojo”, y obras teatrales.

ÍNDICE
26. I) ¡Orientales y basta!
31. II) No creo en ustedes
35. III) Ídolos gauchos (faltan las pp. 36-37)
_________________________
 
Florencio SánchezFLORENCIO SÁNCHEZ (1875-1910), dramaturgo y periodista uruguayo. Fue un incansable lector aunque abandonó sus estudios secundarios y alternó su vida entre Montevideo, Buenos Aires y Rosario, lugares donde desarrolló una intensa labor activista, periodística y teatral. En 1897, al estallar la guerra civil en Uruguay, se incorporó a las filas de Aparicio Saravia siguiendo a su familia, pero consternado por el clima del alzamiento, desertó y pasó a Brasil. De este período surgirá su desencanto por las posturas políticas tradicionales, reflejado en Cartas de un flojo, y comenzará su activa militancia en el anarquismo. En Montevideo ingresó en el Centro Internacional de Estudios Sociales (principal local anarquista de la ciudad, cuyo lema era: «El individuo libre en la comunidad libre») involucrándose activamente con conferencias, haciendo lecturas de sus obras, compartiendo la tribuna con orador*s como Pietro Gori, desempeñándose como bibliotecario de su recien inaugurada Biblioteca Obrera, colaborando con algún texto en el periódico del Centro, Tribuna Libertaria, y creando un cuadro filodramático (junto con Edmundo Bianchi y Eulogio Pierrot) con el que buscaron extender la arenga y el discurso libertario por vías de comunicación más entretenidas. La experiencia fue un éxito y de allí nacen obras de Florencio que se presentan hasta hoy como Puertas adentro o Ladrones y Pilletes. Frecuentó la librería Moderna de Orsini Bertani, un anarquista que le editó sus primeras obras a Rafael Barret, Ángel Falco o Ernesto Herrera, entre otros, y muy especialmente el Polo Bamba, un café ubicado frente a la plaza independencia que era el principal lugar de reunión de los anarquistas junto al Centro Internacional. También será el principal impulsor de El Trabajo, primer diario arquista de Uruguay. Entre diciembre de 1900 y mayo de 1901 dio al menos 7 conferencias en el Centro Internacional, y molestó tanto al jefe de policía que se ordenó detenerlo. Escapando de la policía se fue a Rosario (Argentina). Allí será secretario de redacción de La República, y fue aquí donde publicó sus primeras notas de carácter político y social, donde ya aparecía el realismo crítico y mordaz que caracterizó su producción teatral. En Rosario se involucra con el movimiento obrero y anarquista local, frecuenta la Casa del Pueblo, principal centro de agitación, y apoya la Huelga de la refinería de Azúcar, principal centro industrial de la provincia, siendo delegado del Comité de Huelga y redactando un comunicado. El 1º de mayo de 1902 participará en la manifestación junto a la célebre anarquista Virginia Bolten. Su su situación laboral se complicará cuando La República entra en Huelga y él (que era director) se adhiere. Posteriormente fundará un periódico, La Época, y escribe una nueva obra teatral La gente honesta, donde se burla de un personaje del Gobierno que es a su vez su antiguo jefe y dueño de La República (Lisandro de la Torre). El día del estreno el Sr. Schniffer (dueño de La República) hará suspender la obra, y la policía la prohíbirá. Perseguido y apaleado en plena calle, fue necesario hacer una ley de censura para que dejara de circular su periódico La Época. Así se va Florencio de Rosario rumbo a Buenos Aires, donde tras una importante huelga se impone la Ley de Residencia una ley antianarquista que permite echarl*s del país, la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), responderá con la Huelga General, mientras el gobierno decreta el Estado de Sitio y la censura, asaltando y prohibiendo La Protesta, principal vocero del anarquismo porteño. Florencio Sánchez junto a otr@s compañeros lograrán sacarla clandestinamente, cada noche en una imprenta diferente. También se encarga de la redacción de un suplemento especial que saca la revista El Sol (dirigida por Alberto Ghiraldo) para hacerle frente a la represión. Luego de esto, se considera que Florencio se aleja del anarquismo, aunque siguió vinculado al círculo de amistades e intelectuales vinculados con él (no se le considerará un desertor) y participando de los mítines obreros. Continuó tratando en todas sus obras problemáticas y contradicciones sociales de las que el anarquismo siempre había hecho énfasis, y en 1909 cuando su fama estaba totalmente consagrada (y su vida a poco de concluir) tras la brutal represión del 1º de mayo de 1909 tomó nuevamente a cargo la redacción del diario La Protesta.
 
 
Compartir

Artículos relacionados